La pintura representa diferentes especies de osos en sus
respectivos hábitats: el lado izquierdo donde los osos polares se mueven en un
entorno completamente mineral contrasta con el derecho, donde la planta se hace
cargo y acompaña a los pandas y osos pardos. Un inmenso oso pardo parado sobre
sus patas traseras separa los universos del díptico así constituido, mientras
que su unificación tiene lugar desde arriba con el mismo cielo que se extiende
sobre la línea del horizonte.
Por su composición, el trabajo recuerda a Liberty Leading
the People de Delacroix: la postura del artista que se representaba a sí mismo
usando la piel de una bestia, así como la de los osos a su lado, restablecer la
fuerza del famoso símbolo de la rebelión. Esta es una defensa vibrante para la
preservación de los osos, esos seres que alguna vez se consideraron los
antepasados de la especie humana y, por extensión, la naturaleza, nuestro futuro
común en este planeta. En el lienzo, el futuro parece muy incierto: ¿es el
cuervo perspicaz mal augurio o, en cambio, evita la mala suerte? ¿Qué futuro
para la hembra oso y su cachorro que se alejan hacia lo desconocido?
Finalmente, no podemos decidir si el cielo es una mañana o anunciar el
crepúsculo ...