Una joven pelirroja se nos aparece como una encantadora de pájaros. Su frondosa cabellera parece un nido protector, mientras ella brinda el néctar de una gran flor a los colibríes que giran a su alrededor, esto en presencia de una extraña serpiente...
Una nueva representación de la feminidad en todo su poder y delicadeza. ¿Una nueva evocación de Gaïa, la Madre Tierra, donde la serpiente simboliza el cordón umbilical que hace de vínculo con toda la humanidad?